Era una mañana de invierno, en la que no paraba de llover. En
el periódico y en las noticias ya se informó de que iba a estar lloviendo sin
pausa, y se recomendó no salir de sus hogares; pero las personas tenían que ir
a diferentes sitios como al trabajo, al colegio, etc. Se produjeron numerosos
accidentes de tráfico ya que al ser la lluvia tan intensa los conductores no
podían ver con facilidad. Varios árboles y edificios se cayeron provocando el corte de carreteras. Se
apagó la luz en toda esta ciudad, afortunadamente solo duró media hora. Entrada
la tarde, a las cuatro o cinco se supo que más de diez personas estaban
desaparecidas y tres habían muerto. Los equipos de rescates se pusieron a
buscar a los desaparecidos, pasadas unas horas habían encontrado a tres; un
padre y sus dos hijos. Estos tenían frío y estaban mojados. Los llevaron a su
casa donde se encontraba la mujer de este hombre; que al verlo no paraba de
llorar y sonreír. Pero todavía quedaba por buscar a siete personas. Llamaron a helicópteros
para rastrear mejor la zona, se encontraron entonces a dos mujeres que tenían
un árbol encima; las salvaron pero se les habían roto varios huesos de la
pierna y del brazo. Las lluvias cada vez eran más intensas y al resto de
personas se les dio por muertas ya que no podrían estar vivas.
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