miércoles, 13 de noviembre de 2013

Educación para la ciudadanía


SIN SALIDA
Me costaba dar crédito a lo que leía, estaba en la casa de mi vecina el sábado por la tarde, pues ella me había llamado para que leyera la carta que le llegó ese mismo día por la mañana. Se trataba de los papeles del divorcio, que ella había solicitado pero su marido se negaba.

Todo pasó hace unas semanas, desde mi casa se escuchaba todo. Era mi vecina, y su marido que no paraban de gritar y unos golpes se escuchaban de vez en cuando. Yo estaba asustada, en un momento decidí ir a ver qué pasaba, pero no me atreví.
Ahora, ya me lo ha contado todo y estoy aquí con mi vecina llena de lágrimas denunciando a su marido.
Esa misma noche, que yo nunca la olvidaré llegaron la policía y una ambulancia. Sobresaltada por el ruido salí fuera de mi casa y me quedé en la puerta. De adentro se escuchaba una voz que decía:

-Está muerta- murmuró-. El espejo no se empaña.

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