SIN SALIDA
Me costaba
dar crédito a lo que leía, estaba en la casa de mi vecina el sábado por la
tarde, pues ella me había llamado para que leyera la carta que le llegó ese
mismo día por la mañana. Se trataba de los papeles del divorcio, que ella había
solicitado pero su marido se negaba.
Todo
pasó hace unas semanas, desde mi casa se escuchaba todo. Era mi vecina, y su
marido que no paraban de gritar y unos golpes se escuchaban de vez en cuando.
Yo estaba asustada, en un momento decidí ir a ver qué pasaba, pero no me
atreví.
Ahora,
ya me lo ha contado todo y estoy aquí con mi vecina llena de lágrimas
denunciando a su marido.
Esa
misma noche, que yo nunca la olvidaré llegaron la policía y una ambulancia.
Sobresaltada por el ruido salí fuera de mi casa y me quedé en la puerta. De
adentro se escuchaba una voz que decía:-Está muerta- murmuró-. El espejo no se empaña.
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