Pensó
que debería llamar a la empresa, para decir que no podía ir. Pero con las
enormes patas que tenía, era imposible marcar los pequeños números de aquel teléfono. Decidió, ir al trabajo, pero los
empleados nada más verlo aparecer por la puerta principal se asustaron y
empezaron a gritar y a reírse. Cuando llegó el jefe, lo llamó porque él sabía
que este era muy bromista, fueron al despacho y hablaron de lo sucedido.
Finalmente, fue despedido porque el jefe no se creía su historia.
Estaba
muy trise, se había quedado sin trabajo; pero tenía algunas monedas, eso lo animó. Fue a una cafetería a desayunar, y junto a él
pasó su mujer que le dijo, que le había pasado. Él le respondió que si
desayunaban juntos le contaba la historia. Y así fue, pero la mujer tampoco le
creyó. La esposa pensó que se había vuelto loco y decidió terminar el
matrimonio. Este señor, ya más solo que la una, quiso irse a su casa y dormirse
para ver si cuando despertara estaba como era antes. Y así lo hizo, se fue a su
casa; cenó y luego se acostó. A la mañana siguiente, …
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